
Antístenes de Atenas
Antístenes y lo perruno
πέμπτος τρόπος ἦν τῆς ἐπωνυμίας τῶν κατὰ φιλοσοφίαν αἱρέσεων ἀπὸ τοῦ τρόπου τῆς ζωῆς, ὥσπερ οἱ Κυνικοὶ φιλόσοφοι. Κυνικοὶ δὲ ἐκλήθησαν διὰ τέσσαρας αἰτίας˙ ἢ γὰρ διὰ τὸ ἀδιάφορον τοῦ ζῴου, ἐπειδὴ καὶ αὐτοὶ ἀδιαφορίᾳ ἐπετήδευον ὡς οἱ κύνες δημοσίᾳ ἐσθίειν καὶ ἀφροδισιάζεσθαι καὶ ἀνυπόδετοι περιπατεῖν καὶ ἐν πίθοις καὶ ἐν τριόδοις καθεύδειν. τοῦτο δὲ ἐποίουν τοῦ φύσει καλοῦ ὀρεγόμενοι˙ ἔλεγον γὰρ ὅτι εἰ ἀγαθόν ἐστι, δεῖ κοινῇ καὶ ἰδίᾳ πράττεσθαι, εἰ δὲ οὐκ ἔστιν ἀγαθόν, οὔτε κοινῇ οὔτε ἰδίᾳ αὐτὸ διαπρακτέον˙ οὐ γὰρ ἦν παρ' αὐτοῖς
ἀλλὰ τὸ μὲν φάσθαι τὸ δὲ ἐγκεκρυμμένον εἶναι,
ἀλλ' ἦν παρ' αὐτοῖς τὸ
εἰπὲ καὶ ἀμφαδίην, ἐπεὶ οὔτινα δείδια ἔμπης.
αὕτη πρώτη αἰτία. δευτέρα αἰτία, ὅτι ἀναιδὲς ζῷον ὁ κύων, ἐπετήδευον δὲ καὶ αὐτοὶ τὴν ἀναίδειαν, οὐ τὴν χείρονα τῆς αἰδοῦς ἀλλὰ τὴν κρείττονα˙ διττὴ γὰρ ἡ ἀναίδεια, ἡ μὲν χείρων τῆς αἰδοῦς ἡ δὲ κρείττων,
ἥ τ' ἄνδρας μέγα σίνεται ἡ δ' ὀνίνησι.
ταύτην οὖν τὴν ἀναίδειαν ἐπετήδευον τὴν κρείττονα αἰδοῦς, οἷον ὑλακτοῦντες κατὰ τῶν ἀλλοτρίων τῆς αὑτῶν φιλοσοφίας. τρίτη αἰτία, ὅτι φρουρητικὸν ζῷον ὁ κύων˙ ἐφρούρουν δὲ καὶ αὐτοὶ τὰ δόγματα τῆς φιλοσοφίας διὰ τῶν ἀποδείξεων καὶ μέγα ἐφρόνουν ἐπὶ τούτῳ˙ φαίη γὰρ ἂν ἡ τύχη πρὸς Ἀντισθένην τὸν προστάτην τῆς αἱρέσεως ταύτης οὕτως
ἐννέα δὴ προέηκα τανυγλώχινας ὀϊστούς,
τοῦτον δ' οὐ δύναμαι βαλέειν κύνα λυσσητῆρα,
ὅτι, φησί, τοσαύτας αὐτῷ συμφορὰς ἐπήγαγον, καὶ οὐκ ἠδυνήθην αὐτοῦ καταβαλεῖν τὸ φρόνημα. αὕτη καὶ ἡ τρίτη αἰτία. τετάρτη δὲ ὅτι διακριτικὸν ζῷον ὁ κύων γνώσει καὶ ἀγνοίᾳ τὸ φίλον καὶ τὸ ἀλλότριον ὁρίζον˙ ὃν γὰρ γινώσκει, νομίζει φίλον εἶναι, καὶ εἰ ῥόπαλον ἐπιφέροιτο, ὃν δ' ἀγνοεῖ, ἐχθρόν, καὶ εἰ δέλεαρ ἐπιφερόμενος εἴη˙ οὕτως οὖν καὶ οὗτοι τοὺς μὲν ἐπιτηδείους πρὸς φιλοσοφίαν φίλους ἐνόμιζον καὶ εὐμενῶς ἐδέχοντο, τοὺς δὲ ἀνεπιτηδείους ἀπήλαυνον δίκην κυνῶν κατ' αὐτῶν ὑλακτοῦντες. διὸ καὶ ὁ Πλάτων ἐν τῷ Γοργίᾳ φησὶν ὅτι ἔχει τινὰ σοφίαν ὁ κύων διακρίνειν φίλον ἀπὸ ἐχθροῦ. καὶ τὸ διακρίνειν δὲ ἀλήθειαν καὶ ψεῦδος μόνου φιλοσόφου, οὕτως καὶ ὁ πέμπτος τρόπος.
Hay una quinta forma de nominación de los movimientos filosóficos, la del modo de vida, tal es el caso de los filósofos cínicos. Los cínicos fueron así llamados por cuatro motivos: primero, por su vida adiafórica, dado que, como los perros, actuaban con indiferencia al momento de comer y copular en el espacio público, así como al caminar descalzos y al dormir en toneles o encrucijadas. Así se comportaban deseando alcanzar la virtud natural, ya que decían que lo bueno debía hacerse en público y en privado; así como lo que no lo es no debía realizarse ni de un modo ni de otro. Por ello, no les era propio eso de
afirmar una cosa mientras otra es ocultada[1],
sino más bien aquello otro de
habla sin miramientos, dado que a nadie temo en absoluto[2].
Este es el primer motivo. El segundo es que el perro es un animal desvergonzado, y ellos ponían en práctica la desvergüenza, mas no la que es inferior al pudor, sino la que es superior; porque la desvergüenza es de dos tipos,
una causa gran daño a los hombres, la otra los beneficia[3].
Así pues, ejercían la desvergüenza que es superior al pudor, como ladrar a todos los ajenos a su filosofía. El tercer motivo es que el perro es un animal guardián, y también ellos vigilaban sus principios filosóficos a través de exhibiciones, teniéndose a sí mismos en muy alta estima por ello. La propia Fortuna podría hablar a Antístenes, el primer representante de este movimiento, del siguiente modo:
«nueve flechas afiladas disparé,
pero a este perro furioso no pude alcanzar[4].
Porque —diría— a muchos infortunios lo conduje, y no logré derribar su espíritu». Este es el tercer motivo. El cuarto es que el perro es un animal diacrítico, que por medio del conocimiento y el desconocimiento distingue al amigo y al extraño; considera amigo al que reconoce, aunque amenace con un mazo, y enemigo al que desconoce, incluso si se acerca con un cebo. Del mismo modo, ellos aceptaban con benevolencia y reconocían como amigos a los que se ocupaban de la filosofía, mientras que ahuyentaban a los ineptos ladrándoles como lo hacen los perros. Por esto mismo, Platón en el Gorgias sostiene que el perro posee la sabiduría de distinguir al amigo del enemigo. Y distinguir la verdad de la falsedad es lo característico tan solo del filósofo. Esta es, pues, la quinta forma.
Elías, A las Categorías de Aristóteles p. 111, 1-32.
[1] Cfr., Odisea XI 443.
[2] Cfr., Ilíada VIII 196.
[3] Cfr., Ilíada XXIV 45.
[4] Cfr., Ilíada IX297-299.